“El debut fue súper espectacular. Nos costó tanto trabajo, es casi un zapping constante con muchas entradas y cambios de ropa. Se vive un ritmo muy vertiginoso. Por eso las horas y días de ensayo, el cansancio físico valieron la pena. Finalmente salimos a la cancha y la rompimos, con cosas que a nosotros mismos nos sorprenden a lo largo del show”, comentó.
Y se sinceró: “Es una gratificación escuchar esa ovación cuando sale mi papá al escenario, es maravilloso. Además, ver a la gente cómo se emociona y ver que por momentos que la gente llora de risa. Ves que el público se mete en el show y se emociona, se divierte, y por eso creo que se dio esta ovación de pie antes del final”.
Además Iliana manifestó que “a esta altura de mi carrera, la gente no te deja de sorprender. Hay algunos que me abrazan y se ponen a llorar cuando me ven, lo disfruto mucho. Además, por partida doble, por lo que significa la vuelta de mi papá a los escenarios marplatenses, compartir una temporada más con María Martha, más allá de descubrir el virtuosismo arriba del escenario de Hernán Piquín. Me hizo vivir una emoción increíble”.
Con respecto a la polémica que se armó en la previa por la marquesina, la Reina del Tiramisú cambió la página: “La marquesina quedó divina, nos pusieron los nombres en las puertas y Flavio hizo una maravilla. Fue como nosotros lo planteamos: no es una revista, ni un show, es un burlesque. Interactuamos distintas disciplinas y el caño de Maxi Diorio hace levantar todos los aplausos”.
De cara a lo que viene, la cómica dijo: “Ahora hay que disfrutar de todo lo que nos deparará el 2011, trabajamos mucho para que esto salga bien”.
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